El trabajo de respiración consciente o breathwork es una práctica antigua que se ha utilizado durante miles de años en todas las culturas, desde el yoga en la India hasta el qigong en China, la respiración ha estado presente siempre como una herramienta de bienestar. Ahora, además, se está volviendo digital, con múltiples aplicaciones y dispositivos que nos ayudan a recolectar con esta necesidad fisiológica que hacemos cada vez peor.
INHALA, EXHALA
Estamos más estresados que nunca, y en la búsqueda de ese ‘algo’ que nos ayude a bajar revoluciones, en los últimos años hemos sido testigos del boom de la industria de la atención plena y la meditación. Y lo llamo industria porque solo en Estados Unidos mueve 1 billón con B de dólares al año.
Sin embargo, el boom de las técnicas meditativas ha entrado en stand by ante barreras como que puede ser una práctica difícil de aprender para los principiantes, y muchos de sus beneficios son sutiles y puede llevar décadas, si no toda la vida, descubrirlos.
La meditación y las prácticas de mindfulness están perdiendo terreno frente a prácticas como el trabajo de respiración, cuyos efectos pueden ser casi inmediatos.
Todavía recuerdo una clase de breathwork a la que asistí en Londres allá por 2019 con Richie Bostock; nunca, jamás, he sentido mayor estando de relajación mental que después de esa hora de trabajo de respiración. Jamás.
¿La explicación? Ciencia pura. La respiración tiene la capacidad de modular nuestro sistema nervioso autónomo, que es el que nos permite adaptarnos al medio, activando la respuesta de alerta (SNA simpático) o de descanso (SNA parasimpático).
Y aquí tienes la ciencia:
Los investigadores de Stanford encontraron que el trabajo de respiración es más efectivo que la meditación para mejorar el estado de ánimo y la fisiología autónoma (lee el estudio publicado en Cell).
Un metanálisis de ensayos del investigador de respiración Guy Fincham estableció vínculos entre la práctica y niveles más bajos de estrés, ansiedad y depresión (lee el metanálisis publicado en Nature).
HOLA, DIAFRAGMA
El diafragma, un músculo en forma de cúpula en la base de los pulmones, juega un papel muy importante en nuestros patrones de respiración. Al inhalar, el diafragma se contrae y desciende. Esto crea más espacio en el pecho, permitiendo que los pulmones se expandan. Al exhalar, sucede lo contrario, el diafragma se relaja y se mueve hacia arriba en el pecho.
La respiración diafragmática permite un intercambio completo de oxígeno, es decir, el intercambio de oxígeno entrante por dióxido de carbono saliente. Este intercambio supone importantes beneficios para nuestros organismo, como la regulación de la presión arterial y la reducción de la frecuencia cardíaca. Ambos factores son fundamentales cuando buscamos controlar nuestra ansiedad y estrés.
Además, la respiración diafragmática activa nuestro sistema nervioso parasimpático, enviando señales de relajación y calma. Al hacerlo, a su vez anulamos nuestro sistema nervioso simpático, interrumpiendo las señales de adrenalina y cortisol que se envían a través de nuestro cuerpo, lo que conduce a un aumento de los niveles de estrés y ansiedad.
Como todo, hay que tomar estos datos con cautela. Son prometedores, sí, pero los estudios son preliminares y limitados. y, como todo, no hay una talla única que le valga a todo el mundo: habrá quien prefiera la meditación u otro tipo de prácticas, y habrá quien prefiera el trabajo de respiración. Es mi caso, pero eso no significa que sea mejor uno que otro, sencillamente, encaja mejor conmigo.
Si todo esto que te estoy contando te suena a chino, aquí te dejo algunas referencias en distintos formatos para que te inicies en el tema:
Podcast: el episodio que acabo de publicar sobre el tema con Sol Towanda Respiración consciente: abre tu mente, cierra tu boca. Sobre este tema tienes también el episodio 125: Entrena tu sistema nervioso con exposición al frío y respiración consciente, con Xavi Sánchez.
Libro: El poder del oxígeno, de Patrick Mckeown.
EMPIEZA AHORA 😉
Ejercicio de respiración consciente para dormir bien, por Sol Towanda: